“Si echo la vista atrás tengo una sensación extraña sobre el paso del tiempo y es que si hay algo que cambia la percepción del tiempo es la maternidad.
Cada experiencia es diferente y cada etapa de este proceso también y aunque haya cosas que una desee que pasen rápidas, la mayor parte de mi tiempo con Noah desearía que se detuviera. Paso horas observándola, como queriendo retener congelados en mi retina todos sus momentos, sus gestos, su ruiditos mientras la veo crecer, aprender y hacerse mayor.
Tenía tanto miedo al principio de perder en el recuerdo todos esos momentos y no volver a verlos… así que ponernos en manos de Cristina era una apuesta segura. Conocía su trabajo de primera mano y sabía que si alguien iba a saber capturar la esencia de esos momentos era ella.
Evidentemente no defraudó. Cuando me entregó su trabajo me pasé horas y horas viendo esas fotos. Eran tan delicadas… Vernos en sus fotos, tal y como somos, capturar esa instantánea de un momento tan bonito de nuestra vida, sintiendo que se detiene el tiempo, no hace sino reforzar esa sensación de vínculo con la cosa más bonita que jamás pensé que fuera capaz de crear. Es un recuerdo que perdurará en forma de fotografía para siempre, mientras disfruto de la vida que nos queda por delante con mi pequeña.”